El poeta y el tiempo

Marina Tsvietáieva (mil ochocientos noventa y dos-mil novecientos cuarenta y uno) es una de las más grandes versistas que ha dado la literatura rusa de este siglo. No obstante, su obra y su nombre fueron inmerecidamente ignorados a lo largo de un buen tiempo. Ahora, cuando ha trascurrido prácticamente medio siglo desde su muerte, el interés por la figura de Marina Tsvietáieva es cada vez mayor y su obra empieza a ser extensamente reconocida y valorada en distintos países. Los ensayos escogidos para «El versista y el tiempo», primer volumen en castellano de la prosa de Marina Tsvietáieva «Un versista a propósito de la crítica», «El versista y el tiempo» y «El arte a la luz de la conciencia», son el producto de la incesante reflexión de la autora sobre el arte, de su meditación sobre la conciencia y el tiempo y de su profunda preocupación por el sentido de la labor del versista. Unos ensayos en los que relampaguean concluyente afirmaciones: «Ser moderno es crear el propio tiempo y no reflejarlo. Reflejarlo, sí, mas no como un espéculo, sino más bien como un escudo»; «La contemporaneidad del versista está en un cierto número de latidos del corazón por segundo que señalan la pulsación precisa del siglo»; «El arte es la naturaleza misma. No procuren en el arte leyes diferentes de las que le son propias (no el arbitrio del artista, que no existe, sino más bien exactamente las leyes propias del arte)». Los textos de Marina Tsvietáieva se abren con la «Respuesta a un cuestionario», en la que la propia autora se presenta al lector hablando de sí, de sus orígenes, de su evolución espiritual. Y se cierran con sus medites a propósito de las cartas de Rilke, «sólo un pretexto para desplegar su fuerza creativa, remontar el vuelo y contagiarnos de su poesía», en palabras de Selma Ancira, estudiosa de la literatura rusa, a cuyo cargo ha corrido la edición y traducción de los textos.