El rey infiel

Carlos II de Inglaterra fue un rey infiel, y al tiempo desprendido, sentimental y tolerante. Tuvo amantes aristócratas y plebeyas, mas solo una de ellas sostuvo siempre y en toda circunstancia encendida la llama de su pasión: Barbase Villiers, tan libertina y promiscua como . Amó tiernamente a su esposa, Catalina de Braganza, cuya rigurosa educación católica no la había dispuesto para la vida desvergonzada del rey y su corte.

Carlos II rigió, además de esto, un país desgarrado por la guerra religiosa entre anglicanos y católicos, por el flagelo de la peste y por los estragos del gran incendio de la ciudad de Londres.

Entre las confabulaciones de los nobles y los motines del pueblo hambriento, Carlos II se esmeró por restituir la cordura, la paz y la convivencia entre sus súbditos.