El sueño robado

Alguien le roba a Vica sus sueños para luego contarlos por la radio, según afirma la guapísima secretaria de una empresa privada de Moscú que la contrata para que sirva café y licores a sus socios extranjeros y, si la situación lo requiere, preste otros servicios aún más alejados del trabajo secretarial. En sus ratos libres, Vica se emborracha y se busca a sus propios socios, esta vez nacionales pero igualmente desconocidos. Sus quejas de que alguien controla sus sueños parecen sólo un paso más en su tren de vida malsano. Por eso, nadie se extraña demasiado cuando Vica aparece muerta -extrangulada y con señales de torturas sobre el cuerpo- en un bosque, a decenas de kilómetros de la capital rusa. El departamento de homicidios, presionado por la mafia, achaca el asesinato al creciente alcoholismo de la población. Anastasia Kaménskaya, la única libre de sospecha, retoma la investigacion y pronto descubre que alguien le había robado a Vica algo más que sus sueños… Tejemanejes de los aparatchiks de la época soviética, las alianzas de los políticos y la mafia de la nueva Rusia, presidiarios, fabricantes de bestsellers, pintores de brocha gorda y de lienzos artísticos, huérfanos sedientos de cariño o tan sólo de bienestar, diplomáticos, actores, médicos asesinos, provincianos aspirantes a triunfar en Moscú y una ambiciosa operación de marketing que amenaza con hacerse con el propio Estado son el escenario de este nuevo caso de Anastasia Kaménskaya.