El último fado

Desde pequeña, Amalia vive ofuscada por la muerte de una de sus tías, a la que no llegó a conocer mas de la que lleva su nombre. El ambiente en el que vive se presta a la especulación, en tanto que sus 3 tías habitúan a transformar la realidad en algo confuso y infestado de contradicciones. En una muy elegante casa de familia bien venida a menos, todo es controlado con mano férrea por la tía Celia, que oculta un secreto que la protagonista descubrirá, y que no vacilará en relacionar con esa enigmática y no aclarada muerte. Si bien lo que más sofocación a la joven es no saber apenas nada de sus progenitores, a los que perdió a los poquitos meses de nacer. Desde ese momento, la tía Celia ha tramado una sucesión de falsedades en torno a su origen que han hecho que Amalia se vea obligada a buscar la verdad por sí sola. Cuando con dieciséis años creía haber superado sus viejos miedos, la protagonista hallará un diario que la va a hacer retornar a ese mórbido cosmos familiar, en el que cada nuevo dato está por su parte envuelto en el misterio. Las diferentes incógnitas se van a ir despejando poco a poco hasta llegar al último recodo de esta novela, en el que una revelación inopinada imprimirá un terminante giro al relato. "El último fado" sostiene en desequilibrio al lector durante sus páginas, sin darle tregua para recobrarse. En esta pasmosa obra conviven rasgos del género policiaco con los de la narrativa sicológica, en una hábil mixtura que provoca el aplauso a su conclusión.​