La bastarda

«Mi caso no es único: tengo temor de fallecer y me desgarra estar en el planeta. No he trabajado, no he estudiado. He llorado, he chillado. Las lágrimas y los lamentos me han llevado un buen tiempo. La tortura del tiempo perdido cuando reflexiono en ello. No puedo meditar un buen tiempo, mas puedo agradarme frente a una hoja de lechuga marchita ante la que no tengo más que penas para rumiar. El pasado no nutre. Me voy a ir como he llegado: íntegra y cargada con los defectos que me han torturado. Hubiese querido nacer escultura, y soy una babosa en mi estercolero. Las virtudes, las cualidades, el valor, la meditación, la cultura. De brazos cruzados, me he destrozado ante esas palabras». Un autorretrato obsesivo y revelador de una mujer notable humillada por las circunstancias de su nacimiento y por su apariencia física. La bastarda narra la larga busca de Violette Leduc de su identidad mediante una serie de agonizantes y apasionados amores con hombres y mujeres. Cuando se publicó por vez primera, La bastarda consiguió que se equiparara a Leduc con Jean Genet por la descripción franca de sus escapadas sexuales y su comportamiento inmoral. Una obra confesional que contiene retratos de múltiples autores y autoras franceses conocidos, que hacen de este libro más que una memoria centelleante. El refulgente estilo de Leduc y su frágil atención al lenguaje convierten esta autobiografía en una auténtica obra de arte. La calidad de sus escritos fue reivindicada por otras señaladas figuras como Simone de Beauvoir, Albert Camus o bien Jean-Paul Sartre.