Sagastrada en Montecarlo

Mónaco bajo amenaza de guerra. (La que llegaría a ser la Segunda Gran Guerra).

Esta novela empieza cuando el «Train Bleu» llega a la estación de tren de Montecarlo. Desembarcan una pluralidad de individuos: Stephen Ardrossen, espía sigiloso y puntilloso; Joan Haskell, una preciosa joven secretaria estadounidense que gasta su pequeña herencia en un mes en Montecarlo; y lord Henry Lancaster, un caballero deportivo de Inglaterra. Estos 3, junto con múltiples otros convidados y personalidades sobresalientes, ocupan el Hotel de la ciudad de París en una urbe que está acosada por las presiones económicas y los cotilleos de guerra. A esta mezcla, añadiremos al barón Domiloff, que es el gobernante de hecho del principado, y el joven Rudolf Sagastrada, descendiente de las familias bancarias alemanas más ricas, que escapa del gobierno fascista de su país.

A medida que medra la celebración, los cócteles se toman espléndidamente, los banquetes son fecundos, abundan los asesinatos y los duelos, y el coqueteo y las discusiones no cesan. El gobierno alemán desea que Sagastrada regrese, sin importar un mínimo el costo en vidas o bien enfrentamientos. Mónaco se prepara para la guerra en la mitad de una Francia persuadida de que su Línea Maginot la defenderá de cualquier ataque.

El trabajo de Oppenheim con frecuencia reflejaba los sucesos políticos y sociales actuales que vivía. A fines de la década de mil novecientos treinta, Oppenheim vivía en el sur de Francia, cerca de Mónaco, mientras que ese patio de recreo de los ricos se vaciaba de manera lenta de su clientela potentada y real frente a la guerra que se aproximaba. Oppenheim se vio obligado a mudarse de su casa a la urbe conforme los cotilleos de guerra aumentaban y la seguridad de los extranjeros, particularmente los ingleses, reducía. Por último, decidió demasiado tarde dejar la urbe y perdió el último navío de evacuación. Vivió a lo largo de múltiples meses bajo un agobio creciente y por último pudo retornar a Inglaterra mediante una senda terrestre a Portugal. El entorno de «la última fiesta» tiñe meridianamente el Titán de Arcadia.

En cuanto al nombre, The Colossus of Arcadia, seguramente se refiere a uno de los personajes del libro, que se halla a horcajadas sobre el puerto de Mónaco y lo resguarda de la guerra. En lo que se refiere a qué personaje desea alabar… el lector debe decidir.