Sangre azteca

Moctezuma, emperador de los Aztecas, rige todo el planeta conocido. A diario llegan a la urbe porteadores con tributes para el imperio, mientras que miles y miles de sus feroces guerreros imponen la voluntad del emperador. Oro, plata, joyas cambian de dueño en los mercados. Los templos se alimentan de la sangre de sacrificios humanos.

Pero Moctezuma está preocupado: enigmáticos extranjeros han aparecido en el este del reino. ¿Son hombres o bien dioses? Los cotilleos y las visiones torturan sus sueños. Los magos encargados de guiarlo solo le dan contestaciones misteriosas y sabe que no puede fiarse de sus consejeros, sobre todo del ambicioso y también inescrupuloso ministro de justicia, Tlilpotonqui, que estima que ha de ser el próximo emperador.

Yaotl, exalcohólico y exsacerdote, es el esclavo de Tlilpotonqui, y asimismo está preocupado. Los dioses y su amo están indignados por el hecho de que el sacrificio ritual que debía oficiar sale mal, puesto que el pobre demonio que iba a ser sacrificado escapa y se suicida. Mas ya antes pronuncia una siniestra premonición.

Ahora, los magos han desaparecido. Y el emperador piensa que los dos acontencimientos están relacionados. Encarga a Yaotl hallarlos, bajo la amenaza de que si fracasa merecerá la pena capital. Yaotl no va a tardar en descubrir que su desaparición está ligada a un siniestro plan que incluye secuestros, asesinatos y traiciones dentro de la sociedad azteca. Ahora se halla solo para enfrentarse al riesgo que amenaza su planeta.