Todos nuestros ayeres

En ocasiones basta la mirada ingenua de una chiquilla para arrancar una historia que cambiará la vida de 2 familias y del planeta entero. Anna, un bicho triste y perezoso en palabras de la propia Ginzburg, es esa pequeña medrosa que vive en un pueblo del norte de Italia en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial y se enamora de los juguetes de su vecino; es asimismo la joven que prácticamente sin protestar se somete a la violencia del sexo, y es la mujer que prosigue a Cenzo Rena, un hombre treinta años mayor que , a un sitio inhóspito del sur tras transformarse en su esposa.
Anna calla, mientras que todos a su alrededor charlan y gesticulan: hay quien pasa las noches tramando atentados contra Mussolini, otros que se pasean en vehículos descapotables o bien se escapan de súbito. Con la guerra llegan las resoluciones esenciales y los actos extremos: el escenario se abre, respira dolor, solicita dignidad, y el temor es moneda común. Cuando por último todo termina, los pocos que subsisten deberán vérselas con un vacío lleno de preguntas sin contestación.
La que muchos han calificado como la mejor novela de Natalia Ginzburg nos devuelve página a página los ademanes de su gente y los años que cambiaron por siempre el destino de Europa: en la mirada de Anna está nuestro pasado.