Una muerte merecida

Matar es simple, cualquiera puede hacerlo. Pasa continuamente, en un rapto de furia la mujer mata al marido o bien a la inversa.
Pero matar sin que te cojan, eso es lo verdaderamente bastante difícil. Afortunadamente, Lily cree haber encontrado la solución.
Sin cuerpo no hay asesinato. Sin cuerpo, un fallecido se transforma en un desaparecido.
No es que Lily halle placer en ello, si bien tampoco siente remordimientos; hay personas en el planeta que merecen fallecer y hay asesinos que merecen salirse con la suya. Así de sencillo, piensa en la gente que muere en un huracán, solo que el huracán que hallarán Ted, el marido, Miranda, la mujer, y Brad, el amante, tiene por nombre Lily.
¿Piensas que puedes comprender a un asesino? Cuidado, Lily puede terminar convenciéndote.