Valientes

Más de ciento cincuenta cero personas murieron a lo largo de la Guerra Civil lejos del frente. En pueblos pequeños que no habían levantado trincheras. Los mataron por pertenecer a un sindicato, a un partido. Por ser familiar de algún sindicalista, de algún político. Por ser esposa de un colorado, por tener un vecino envidioso, por haber ganado un enfrentamiento de tierras, por haberse quedado con la chavala que deseaba otro. Absolutamente nadie persiguió o bien castigó a los verdugos. Absolutamente nadie los llamó verdugos. A lo largo de los próximos cuarenta años fueron sencillamente los campeones.

La cronista de El País Natalia Junquera, especialista en memoria histórica y hurto de pequeños, ha dedicado más de 6 años de investigación, de entrevistas, de viajes y de conversaciones con los hombres y las mujeres que padecieron los crímenes de la Guerra Civil y del franquismo, una realidad silenciada que aún el día de hoy genera escalofríos.